miércoles, 19 de mayo de 2010

El amenazado




Es el amor.Tendre que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su carcel, como en un sueño atroz. La hermosa mascara ha cambiado, pero como siempre es la unica. ¿De que me serviran mis talismanes: el ejercito de las letras, la vaga erudicion, el aprendizaje de las palabras que usó el aspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerias de la Biblioteca, las cosas comunes, los habitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal, el no la ha visto.)
El nombre de un hombre me delata.
Me duele un hombre en todo el cuerpo.

Adaptación del poema de Jorge Luis Borges.

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