domingo, 23 de mayo de 2010

Ici



Era una mañana de otoño, hojas color marrón, amarillo, anaranjado y ese color camel, que es mas invento que realidad, ya poco quedaba, o casi nada, del paisaje de colores que fue meses atrás; el cielo encapotado y el suelo con un manto de esa mezcla entre llovizna, humedad y rocío, y los arboles vestidos de musgo.
Ella estaba en la estación, como cada mañana, con el paño sobre el suelo mojado. Esperando a la gente que subía y bajaba del tren para ir a sus trabajos. Pocos le prestaban demasiada atención a su arte, más miraban otras bondades de su cuerpo.
Sobre el paño de ventas tenia acomodados poemas en maderitas de 6 x 4 que ella escribía y enmarcaba la noche anterior, y otros cachivaches y recuerditos que hacia con cosas que encontraba.
En sus ratos libres coleccionaba sonrisas y tejía sueños.
Con su pelo ensortijado vendía ilusiones a quien se le acercara.
Aunque las mujeres le temían, los hombres se daban vuelta para mirarla detenidamente de atrás; y ese "trabajo" no le dejaba mas que un puñado de monedas para el pan, ella todas las mañanas regresaba. No era como el resto de su sangre, muy poco seguía las costumbres de sus antepasados, ella siempre estaba en el mismo lugar, y para quien quisiera encontrarla la gitana siempre seguía ahí.Con su sonrisa de media mañana, firme en sus creencias, y con un encanto especial...
Su nombre era Ici, que en francés significa aquí

1 comentario:

  1. Durante mucho tiempo fuí nómade, como los gitanos. Pero un día descubrí tu boca, y decidí quedarme, quedarme en tu boca, quedarme aquí.

    Pato

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